Había una niña que de tanto llorarEn un día de pena
Desbordó el ancho mar.Tenía dos grandes ojos verdes
Era de suave y blanca piel
Ondulados cabellos rubios
Dorados como la miel
Dulces mejillas sonrosadas
Entristecidas por la hiel.Entre las niñas de su colegio
Era ejemplo de perfección
Mas en la negrura de su mente
Se gestaba la depresión.Pese a ser la más bella del lugar
La niña rubia rogaba por muerte
Al no tener a quien amar.Había en el lugar un mandril desconsiderado
Un niño de mirada cetrina
Que era por ella el más amado.También se sabía de otro niño
Que desde su ventana la mira y la lisonja
La quería más que a su vida
Pero este tan sólo era una esponja.La escribían niños de todo el mundo
Pues todos sabían que era la más bonita
Pero su alma seguía en pena
Su corazón casi ni palpita
Canta una canción funesta
A esta vida aciaga y maldita.El niño esponja la contemplaba
En su cárcel de cristal
¡Cuánto la deseada
Aquel solitario zagal!Un día comenzó a llorar
Como fina lluvia de Abril
Gemía y suspiraba
Por culpa del innoble mandril.La niña rubia lloró por la mañana
Lloró por la tarde también
Inundó toda su casa
Desde sus sábanas de satén.Aún cuando caía el sol seguía llorando
Plañía azúcar en pequeñas gotas
Melodías melancólicas
Tonadillas y sus notas.El mandril se fue con su bicicleta
Buscando su bien y bonanza
Era para la niña el niño esponja
La última esperanza.Pero ella no quería
Mató con sus propias manos
Todo atisbo de alegría
Por más que se la rogase
Ella no quería compañía.No cesó de llorar la niña
Hasta que no quedó tierra seca
Y aun así no había remedio
Para la rubia triste y obceca.Pese a todo el niño no soportó la horrible escena
Hundió su carne esponjosa
En el lago de fastuosa pena.Tanta agua absorbió
Que del peso reventó
Mientras que la niña rubia
En su propia lástima se ahogó
Encontraron aquella noche
La dulce muerte que les unió.La moraleja estriba
Sepa el noble lector
Que ambos muriendo por algo real:
La grotesca sombra del amor.
Desbordó el ancho mar.Tenía dos grandes ojos verdes
Era de suave y blanca piel
Ondulados cabellos rubios
Dorados como la miel
Dulces mejillas sonrosadas
Entristecidas por la hiel.Entre las niñas de su colegio
Era ejemplo de perfección
Mas en la negrura de su mente
Se gestaba la depresión.Pese a ser la más bella del lugar
La niña rubia rogaba por muerte
Al no tener a quien amar.Había en el lugar un mandril desconsiderado
Un niño de mirada cetrina
Que era por ella el más amado.También se sabía de otro niño
Que desde su ventana la mira y la lisonja
La quería más que a su vida
Pero este tan sólo era una esponja.La escribían niños de todo el mundo
Pues todos sabían que era la más bonita
Pero su alma seguía en pena
Su corazón casi ni palpita
Canta una canción funesta
A esta vida aciaga y maldita.El niño esponja la contemplaba
En su cárcel de cristal
¡Cuánto la deseada
Aquel solitario zagal!Un día comenzó a llorar
Como fina lluvia de Abril
Gemía y suspiraba
Por culpa del innoble mandril.La niña rubia lloró por la mañana
Lloró por la tarde también
Inundó toda su casa
Desde sus sábanas de satén.Aún cuando caía el sol seguía llorando
Plañía azúcar en pequeñas gotas
Melodías melancólicas
Tonadillas y sus notas.El mandril se fue con su bicicleta
Buscando su bien y bonanza
Era para la niña el niño esponja
La última esperanza.Pero ella no quería
Mató con sus propias manos
Todo atisbo de alegría
Por más que se la rogase
Ella no quería compañía.No cesó de llorar la niña
Hasta que no quedó tierra seca
Y aun así no había remedio
Para la rubia triste y obceca.Pese a todo el niño no soportó la horrible escena
Hundió su carne esponjosa
En el lago de fastuosa pena.Tanta agua absorbió
Que del peso reventó
Mientras que la niña rubia
En su propia lástima se ahogó
Encontraron aquella noche
La dulce muerte que les unió.La moraleja estriba
Sepa el noble lector
Que ambos muriendo por algo real:
La grotesca sombra del amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario